
CLASE DE AÉREO
Lo primero que me llamó la atención de las diciplinas aéreas, fue precisamente eso, que eran por los aires, podía volver a jugar, a colgarme bocabajo a hacer caídas, piruetas y volteretas como en los columpios. Me causaba mucha curiosidad todo lo que podría hacer en aquellos elementos.
Practicar aéreos ayuda a desconectar del ruido mental, y despierta la creatividad, la concentración y el enfoque. Y por supuesto nos conecta con el cuerpo ya que es una forma diferente de hacer ejercicio que aporta fortaleza, flexibilidad, coordinación y propiocepción principalmente.
Así mismo, fomenta el vínculo social, tanto para mi como profe, como para las alumn@s, ese rato de encuentro, de compartir, de ayudarse y relacionarse.
En resumen, las disciplinas aéreas no solo son una forma divertida y emocionante de hacer ejercicio, sino que también contribuyen al desarrollo integral de las personas, mejorando tanto la condición física como el bienestar general.
El amor por la acrobacia aérea me impulsa a seguir explorando nuevas formas de desafiar la gravedad y de inspirar a otros a descubrir la belleza y la libertad que se encuentran en el aire.