Fue un flechazo total. Desde que descubrí el contact improvisación, supe que había encontrado una forma de expresión que resonaba profundamente en mí. Me enamoré de esta danza porque para mi es juego, ya que es una práctica que ofrece explorar el movimiento sin restricciones y que requiere de todo mi ser, es el aquí y ahora, escucha y presencia, como una forma de meditación.

La danza contact improvisación es un diálogo entre cuerpos que se encuentran, una conversación efímera donde la masa, la gravedad y otras fuerzas de la naturaleza se convierten en cómplices. Es un juego de caídas y vuelos, donde cada interacción es una invitación a explorar lo desconocido. En este espacio compartido, los movimientos fluyen tejiendo historias sin palabras, no hay coreografía, cada danza es única y se contruye en el momento, es un vaivén de confianza y libertad donde el foco está en la sensación y la investigación y no en la forma.

Me encanta compartir esta pasión y soy facilitadora de esta práctica en un curso regular en La Luz de Las Delicias, junto con mi compañera Olga Myus y en talleres intensivos puntuales en otros espacios.

Es una forma de danza accesible para gente de todas las edades y niveles de habilidad. Intentamos crear un entorno seguro y acogedor, donde l@s participantes comparten su energía y apoyan a otr@s en su exploración, lo que genera un ambiente de confianza y apertura y donde la diversidad de cuerpos y habilidades enriquece la experiencia colectiva.